miércoles, 24 de septiembre de 2014

"PRESA, LA PALABRA"

El poeta soñador,
cuando tuvo a la palabra entre sus manos,
quiso hacerla tan propia de él,
que al privarla de la libertad,
murió entre el sudor tibio,
sobre las líneas que trazan destinos
y rompen la continuación de las palmas.

Cuando la palabra llegó al cielo,
ya no había sitio para ella,
entonces se marchó en busca de alquilar,
una nube esponjosa con forma de pez,
un lagrimal humano con pupilas color del mar,
un rayo de sol y un puñado de sal.

Tras su metamorfosis temprana,
se escondió en la nube alquilada;
sigue esperando que la lluvia de abril la devuelva,
de nuevo,
a las manos del dueño,
que la gestó una mañana,
y la privó de libertad por amor propio
por miedo a que volase de su costado,
y no volver a escuchar la dulzura de su sonido,
no volver a verla, escrita, sobre la virginidad de la hoja
que la arropa, a la vez que la acaricia.


Mayte Pérez

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