domingo, 29 de marzo de 2015

EVA Y ADÁN


Incluso verbalizando más de mil mentiras
 de futuros de algodón de azúcar
el perfil de los labios,
del que Eva seguía encantada,
seguía creyendo en sus promesas
por no perderse en el paraíso terrenal
y no encontrar ser humano
con el que abrazarse ante épocas de duelos al azar.
Sabiendo que alguna vez,
aquel bendito ser la vendería por otra piel,
cada anochecer,
bajo la luz de la luna,
de cielo estrellado,
seguía fiel a su espacio donde se evadía de la realidad,
escribir los más bellos poemas a Adán
y al recibirle al alba,
rendido a sus encantos,
todavía con sabor en sus sentidos,
al ansía de seguir probando de otro seno distinto,
ella despuntaba el amanecer con sentido propio
que le ofrecía convertido en ajeno.
Hasta que llegó la sigilosa serpiente
con una manzana entre su boca traidora,
del color de la piel de los labios de Eva
y una estrategia para romper el hechizo que le unía a Adán.
Y fue entonces cuando al probar del sabor fresco y ácido de aquella fruta,
A Eva se le negó tocar las puertas del cielo
y se le sentenció a no tener alma y probar carne humana sin corazón,
y del cielo cayó un ángel al que ella atrapó con sus encantos,
de la mano de la diosa Fortuna.


Mayte Pérez



sábado, 21 de marzo de 2015

EL INSACIABLE BUSCADOR Y LA PRINCESA FIEL


Vuelen los besos que se ofrecieron una mañana al viento,
hacia el espacio humano sentimental
donde se le entiende al valor de su estallido,
 jugoso, tibio, metálico, burbujeante.

Vuelen y vuelen del costado de aquel
que dice ser humano
y sin embargo
sigue su consciencia perdida en busca
de más y más besos frescos y recién gestados,
rendido a la sensación que se vende en la calle,
a un abrazo fugaz,
qué tan sólo por ser el primero,
se dejaría tejer entre los brazos ajenos,
se dejaría llevar más que por la razón,
por ir perdido sin rumbo,
con la condición de no llegar nunca
a volver a beber de los mismos labios.

Vuelen y vuelen palabras prometidas
de tu costilla,
aquellas que se posaron sobre tus hombros, mías,
que anidaron entre tus manos,
entre recuerdos y grietas de papel pintado,
y si han de volar que sea junto a tu nombre,
junto a mis sueños contigo,
pero sin ti ahora.

Vuele el pasado que abría fronteras,
la sombra de la duda
que se asomaba entre los hilos de mi vestido,
el ansía de un sueño
la dicha de verlo tan cerca,
y la derrota de verlo caer a un infinito.

Vuelen todos los días en que creí poder salvarte de un infierno,
sin darme cuenta,
que aquel fuego salía del interior de tu alma
y sólo tú,
eras el guardián de las puertas de aquel lugar
al que bajé mil veces
esperando apagar sus llamas
y labrando tierra fértil
antes de ser lava que quema las plantas delos pies.


Mayte Pérez 

jueves, 19 de marzo de 2015

TODO POR UN SUEÑO

"El Norte no es un lugar, es un estado de ánimo, que perdí anoche entre tus brazos y me dio la vida que dejé tuya y mía, entre las semillas del trigo, bajo el sol tibio aquella mañana bajo las suelas de mis zapatos al caminar, mientras te marchabas y girabas del revés mi destino. Más de mil jirones de piel volaron de entre tus manos hacia orillas del Cantábrico, de nuevo, más de mil besos tuyos posados sobre el perfil de mis labios y sordos mis oídos, no escucharon el lamento de la ausencia, la súplica de dejarme tocar por tus caricias plateadas. Después del paso de los días, hoy nacen brotes de la fresca primavera a punto de ofrecer la majestuosidad de su belleza, hoy se viste el día de la dicha con la que dormimos bajo el mismo cielo, pisando la misma tierra virgen, sobre la que soplamos juntos apuntando un nuevo reto. Y antes de emprender el vuelo hacia un encuentro con la realidad, dejo tatuado sobre la orilla de tu cuerpo, que si mis días fueron dulces, fue por el sabor de tus pupilas, que más que teñir, me hicieron soñar, más que vivir, me hicieron sentir”
Mayte Pérez 

martes, 17 de marzo de 2015

EL  DULCE Y AUSENTE SALVADOR DE PRINCESAS
Con la salvia de tus entrañas
se pintó el tramo de un camino,
que conducía a la suavidad de dejarse llevar
por un instante tan inmediato, tan dulce,
como lo fueron los versos que escribiste
con la tinta del sudor de los pecados.

Con la piel de tus hombros,
cada noche se cubría un sueño
que latía al compás
de aquel reloj de latón pausado
que colgaba de la pared de tus párpados.

Con la carne de tu costado,
se gestó un lecho donde caer rendido
donde cazar un deseo incluido en una tormenta existencial,
donde rendirse, pero dichoso,
de una derrota que ya estaba escrita
con la yema de tu dedo corazón.

Con el paso del tiempo,
hay un puerto al que llegar
cargada de las sabias riquezas
que te ofrece el consejo del Ángel
donde sin querer,
se hace el humano  tan grande como sus alas,
donde convertido en nube,
deja que se pueda volar entre las telas de su mirada”


Mayte Pérez (Aquellas vistas de tu cielo)

domingo, 8 de marzo de 2015

"ALAS DEL PEQUEÑO"

Camina por la senda el poeta perdido,
pidiendo a la luna de plata pura
que esta noche sea diminuta 
hasta alcanzar acunar a su niño,
que pide un barco de papel
para ir en busca de su padre,
que sueña un encuentro verdadero,
para calmar el ansia de la ausencia de su cariño.
Camina la sombra del poeta,
entre gotas de rocío 
y el sabor de la mandarina,
y entre paso y paso,
en el horizonte se pinta la figura,
del pecho que alimenta a su vida,
 tan a lo lejos,
como el día en que se abrazará
al vientre que gestó la pequeña vida que tanto ama apasionado,
que tanto y tanto, 
quisiera él, calmarle el hambre,
cantarle bajo el tibio sol,
la nana que le escribió
aquella noche de MARZO
antes de que el gallo anunciara
la hora en que se reparte la libertad en porciones,
pero tan fugaz,
como lo  fueron sus recuerdos,
desde que se apartó del mundo entre leones.
Camina poeta , te digo 
camina conmigo si quieres,
que sé de tu pena
y quiero que sepas que también es la mía,
que es mejor callar y escribir,
que expresarse y se limite tu libertad.
Camina pero de frente
y con  la mirada  alta ,
apuntando a un destino en que creas,
y si tus rodillas, 
caen sobre el polvo de la arena tostada,
clavadas en el centro de la tierra,
te digo,
levanta poeta y alza tu mano,
para que roce las puertas del cielo
y toques la libertad que tuviste
desde que fuiste ser
en el vientre de tu madre.
Camina poeta y al caminar sonríe,
siente como la brisa,
le peina las nubes al firmamento,
sueña que al hambre del niño
le corresponde pan de Ángel bendito
y leche de arroz con miel,
que al frío le vence,
al calor del pecho materno,
pensando en su padre
que camina y camina
en busca de tenerlo entre sus brazos,
pequeño pero valiente,
hambriento de materia,
pero dichoso de haber nacido hijo del gran poeta,
que caminó en su busca,
incluso entre las rejas,
que más que privarlo de libertad,
le privaron de aquello que más quiso 
y tan poco sintió suyo.
Camina poeta,
que incluso dormido,
siguen tus palabras,
despertando emociones,
inspirando a poetas soñadores,
tenaces en alcanzar subir a tus hombros,
dispuestos a defender con palabras,
aquello que un día te hizo entrar
a formar parte de un desierto de harina de maíz,
donde no hubo más agua,
que el líquido y salado de tus lágrimas,
en busca de dulzura.

Mayte Pérez (20 de marzo de 2014)