sábado, 21 de marzo de 2015

EL INSACIABLE BUSCADOR Y LA PRINCESA FIEL


Vuelen los besos que se ofrecieron una mañana al viento,
hacia el espacio humano sentimental
donde se le entiende al valor de su estallido,
 jugoso, tibio, metálico, burbujeante.

Vuelen y vuelen del costado de aquel
que dice ser humano
y sin embargo
sigue su consciencia perdida en busca
de más y más besos frescos y recién gestados,
rendido a la sensación que se vende en la calle,
a un abrazo fugaz,
qué tan sólo por ser el primero,
se dejaría tejer entre los brazos ajenos,
se dejaría llevar más que por la razón,
por ir perdido sin rumbo,
con la condición de no llegar nunca
a volver a beber de los mismos labios.

Vuelen y vuelen palabras prometidas
de tu costilla,
aquellas que se posaron sobre tus hombros, mías,
que anidaron entre tus manos,
entre recuerdos y grietas de papel pintado,
y si han de volar que sea junto a tu nombre,
junto a mis sueños contigo,
pero sin ti ahora.

Vuele el pasado que abría fronteras,
la sombra de la duda
que se asomaba entre los hilos de mi vestido,
el ansía de un sueño
la dicha de verlo tan cerca,
y la derrota de verlo caer a un infinito.

Vuelen todos los días en que creí poder salvarte de un infierno,
sin darme cuenta,
que aquel fuego salía del interior de tu alma
y sólo tú,
eras el guardián de las puertas de aquel lugar
al que bajé mil veces
esperando apagar sus llamas
y labrando tierra fértil
antes de ser lava que quema las plantas delos pies.


Mayte Pérez 

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