martes, 17 de febrero de 2015

"PIEL SOBRE PIEDRA"



Como un humilde suspiro que se lanza al vacío
 desde la propia alma cuando se alborota,
el músculo humano que late y se mueve.
Como el fluir de los  ligeros pensamientos
sin medida, pero con peso
tocando al umbral de la puerta
que abre dando paso a sentir la corriente emocional,
ese torbellino que en vez de llevarse, deja
y se siente en el espacio que cubre al ser
y lo protege del humo que emana
la ira del volcán cuando le hierve la esencia.
Como gota de sudor tibio, pero por poco tiempo,
que sale a la superficie y queda quieto,
posado,
esperando que el ambiente lo haga minúsculo,
con la dicha de ir a parar al cielo,
para después, salado, llover nacido de nuevo
y caer feliz dentro de un mar cómplice por ser salado.
Como una madeja de cabellos sueltos,
dejando que la brisa le acaricie la cutícula,
sobre los hombros tostados danzando de puntillas,
 para después, entre manos humanas,
sentir la dulzura y el escalón de las asperezas.
Como una  tierna sonrisa
que se ofrece al balcón de una mirada,
y quisiera entrar trepando por esos cabellos,
hasta el fondo de las entrañas del testigo
esperando probar dulces palabras de papel
y cada anochecer inventa instantes presentes
que tejen sólidos puentes de metal
donde caminar mirando al pasado que se disuelve
abriendo paso a la inquietante realidad,
donde cada uno sabe que es dueño
de un nombre propio y  un destino que planear despierto.


Mayte Pérez ( Mayo 2015)


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