"EL JUEGO DE PENSAR"
Un abecedario de un millón de letras fuera de lugar,
un mar de dudas con peces albinos perdidos,
un poema por escribir con respuesta anticipada,
pastillas clandestinas para no volver a soñar,
un prado de lavanda color atardecer con olor a verbena,
un paseo por las nubes viviendo deprisa con paraguas,
un desayuno personal con vistas a un escenario donde el protagonista
eras tú,
una escalera horizontal que baja al principio,
la llama de una vela esperando la caricia del aliento,
un par de calcetines que ponerse en la mano derecha para
cubrir el reloj,
cosquillas en las plantas del balcón de tu mirada (…),
la alienación de un mentiroso compulsivo esperando el juicio
final,
un diccionario mudo donde buscar soluciones que pescar,
una maleta llena de viajes que quedan por hacer,
querer salir de este mundo pensando que pueda haber otro
mejor,
un cascabel que al sonar pone nombre a tu vida si le
escuchas,
un sorbo de leche fresca nacido en la casa de las praderas
de Eolo,
la historia de Romeo Montesco y Julieta Capuleto cuando
fueron padres de gemelos,
un barquito de papel nadando sobre el interior del Vesubio
enfadado,
la picadura de una abeja que te hace olvidar otro dolor
latente que más que hiere, mata,
el recuerdo del olor de una prenda prestada tendida al sol
para que la humedezca el llanto,
una puerta de dos hojas que se cerró y sigue abierta en mi
cabeza perdida,
planear un viaje a la luna, llevar gafas de bucear puestas e
intenciones de no volver,
“Todo lo que tengo es nada, todo lo que quiero está por
llegar, todas mis penas se podrían escribir en un grano de arroz, todos mis
sueños no caben en este mundo, todo lo que hice fue sin querer, sin esperar
nada a cambio, todo lo que pienso lo echo a volar cuando pesa, todo lo que digo
mantengo firme, todo lo que necesito será aquello que se vaya posando sobre mis
hombros, todo lo que tengo que hacer es mejor que deje de hacerlo”
Mayte Pérez
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