jueves, 3 de agosto de 2017

MIL BURBUJAS



Vamos a abrir una ventana sin cristales en mitad de un prado de hierbabuena, para elegir qué camino tomar con la transparencia de la inocencia de cuando fuimos niños.

Vamos a tirar del hilo de la cometa azul que sobrevuela nuestros sueños y cuando esté cerca de nuestros pies, vamos a quitarnos los zapatos rojos para subirnos en ella y que un soplo de brisa nos lleve hacia ese lugar al que siempre quisimos volver y nos olvidamos de cómo ir hasta él.

Vamos a pintar un puente fuerte que nos acerque a esos mundos donde nunca se deja de ser feliz y alcance hasta donde llegue nuestra mirada; un camino de pétalos de rosas blancas como las nubes; un inmenso mar dulce donde se ahogue la tristeza y se respire hacia dentro del ser, para aprender que nuestro interior  es el lugar donde perderse para volverse a encontrar con uno mismo.

Vamos a escribir deseos, sueños, metas, sobre papel de arroz con tinta china perpetua para que la lluvia al empapar no los deje olvidados sobre la tierra fértil y sigan con su porvenir.

Vamos a susurrar plegarias al viento del sur y verlas volar hasta el brillo del sol, para que las alumbre hasta llegar a oídos que las comprendan y las acepten, tal como siempre fueron.

Vamos a tejer redes sobre las que saltar muy alto, donde caer sin lastimarnos en nuestros intentos de seguir los pasos de nuestro destino.

Vamos a dejar que el azaroso destino ponga en su lugar adecuado a todas esas piezas que no pudimos cambiar y que al intentarlo, se clavaban en nuestro costado como espadas de madera.

Vamos a dejar a un lado de la senda del poeta, a todas aquellas personas pobres de corazón y emociones, que no entienden del idioma del alma, para que tal vez, un día aprendan del sabor de la amistad.

Vamos a creer en nosotros, a pintarnos una sonrisa cuando la tristeza nos muerda los dedos de los pies, a desatar los nudos que rozamos mientras tiramos de la cuerda en busca del otro lado, a querernos más que a nada en este mundo, a escuchar nuestros logros en mayúsculas, a aprender para impulsarnos hacia la sabiduría.

Vamos a seguir caminado, que las grandes cosas bellas, se alcanzan con un pequeño paso y siguen escritas en las estrellas que cada noche brillan para que no olvidemos hacia dónde ir…

Mayte Pérez (Ítaca, ahora sí)


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