lunes, 27 de julio de 2015

“Solo cuando hayas llegado hasta el fondo de tu mar, podrás ascender hacia la superficie de un impulso, al apoyar las plantas de tus pies sobre los corales dormidos en las profundidades. Al traspasar la primera piel de esa inmensa masa de agua salada que rodeaba tus cuatro puntos cardinales, a la luz del sol, ya no serás el de antes, habrás cambiado, habrás crecido, habrás aprendido, habrás sufrido, pero, créeme, habrá merecido la pena pasar por esa metamorfosis, por ese estado hueco en el que las cosas dependen tan solo de ti”
(Mayte Pérez)

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